Que yo cortaba aquí huecos juncos domados
por el talento; y sobre el oro de los sotos
lejanos, consagrando su viña a las fontanas,
ondula una blancura animal en reposo:
y que, al preludio lento donde nacen las flautas,
vuelo de cisnes, ¡no!, de náyades se escapa
o hunde...
La siesta de un Fauno, Stéphane Mallarmé.
0 comentarios:
Publicar un comentario